Queremos enseñarte una técnica con la que tu piel y tu maquillaje se hagan uno, y hacer que todo se vea uniforme y hermoso; vamos aprender a hacer un baking u horneado.
Una vez hayas preparado tu piel con toda nuestra rutina de skin care y sellado la base, es aquí donde comienza el proceso característico del baking, para ello, aplica corrector en todas las zonas que te interese disimular “imperfecciones”, por lo general, estas zonas se suelen situar debajo de los ojos para disimular las ojeras, a veces en los pómulos, en la zona de la frente y la región superior de la nariz. Asegúrate de difuminarlo muy bien hasta que quede perfectamente integrado con el resto de tu piel.
Ahora, procedes a aplicar una capa gruesa de polvos translúcidos donde has aplicado previamente el corrector, pero con la diferencia de que no lo vas a expandir o difuminar, sino que los dejarás actuar tal cual lo aplicaste, este proceso lo puedes hacer con una brocha kabuki o con el pomo que muchas veces traen los polvos.
En este momento te puedes ver graciosa, pero tranquila… pasado alrededor de 15 minutos puedes retirar el producto con ayuda de una brocha gruesa haciendo movimientos de barrido para que el resultado se vea lo más natural posible.
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